Kamasutra significa deseo (kama) y máxima (sutra) en sánscrito. Al principio, el Kamasutra se integró en un libro que contenía varias colecciones especializadas en las relaciones románticas y sexuales. Las ilustraciones en el Kamasutra no aparecieron hasta el siglo XVI para ser entendidas también por los analfabetos. El libro estaba reservado principalmente para las clases acomodadas. No fue hasta 1963 que se le permitió en Inglaterra.
El Kamasutra fue creado para que los hombres y las mujeres de la aristocracia india pudieran tener relaciones sexuales armoniosas. Por lo tanto, es una colección erótica y no pornográfica, que enseña el arte de las caricias, los besos, los estados de ánimo y las posiciones que favorecen el orgasmo. También hay 64 posiciones sexuales con nombres a veces equívocos y, a veces un poco menos, por lo que están todos acompañados de una ilustración. Las ilustraciones hacen que sea más fácil ver la posición y ser comprendido por todos, especialmente cuando el libro aún no había sido traducido. Y si anteriormente, las posiciones del Kamasutra estaban reservadas para los conocedores, ¡hoy en día, todos pueden tener acceso al nirvana!
La sumisión
La mujer se apoya sobre sus brazos, apoyada sobre el vientre con una pierna plegada. El hombre, sobre ella, se apoya sobre sus brazos en tensión. Él la penetra efectuando un movimiento de vaivén que acentúa el grado de placer.
Nirvana
Ella está acostada boca arriba, con las piernas estiradas y los brazos sobre la cabeza. Él se coloca encima. Mientras el hombre se mueve de atrás a adelante, ella tensa todos los músculos, cierra las piernas con los muslos muy juntos y lleva los brazos al cabezal de la cama. Así se intensifica el efecto de la penetración y se consigue una estimulación natural del clítoris.
La pierna arriba
La mujer, tumbada, coloca una pierna en el hombro de su pareja. El hombre está de rodillas frente a ella y le penetra mientras sostiene con una mano la pierna y con la otra la parte superior del muslo de la mujer. Con sus manos libres, ella podrá estimularse los pechos o acariciar el pene de su pareja.
Los chicos a un lado
Ella se tumba de lado de espaldas a él, que se arrodilla a su lado y le mira a la nuca, de forma que ambos están colocados perpendiculares entre sí. Él desliza la rodilla que está más cerca de ella, entre sus piernas y la penetra. Ella mueve su pierna «libre» algo más lejos, así él tendrá una vista mejor de su trasero y se podrá agarrar mejor a sus caderas, mientras la complace con sus embestidas.
Los pies en la tierra
El hombre y la mujer están erguidos de pie, las nalgas y la pelvis están firmemente apretados. Ella le da la espalda. Él, con los brazos estirados, le coge las nalgas a ella y tira hacia sí para penetrarla desde detrás. La mujer puede apoyarse en una mesa para mantener más fácilmente el equilibrio.
Las tijeras
La mujer se tumba boca arriba en una mesa y coloca su pelvis en el borde. A continuación estira las piernas hacia arriba. El hombre se coloca frente a ella y coge sus piernas de los tobillos. Mientras la está penetrando, él cruza y abre las piernas de ella para conseguir variar la presión que ejercen los músculos de la vagina.
La silla
El hombre está sentado en una silla y la mujer encima, es ella la que lleva el movimiento levantándose y sentándose. Mientras tanto él puede estimular el clítoris de su pareja, y ella puede acariciarse el pecho.
La milhoja
El hombre está acostado boca arriba, la mujer se tumba sobre él con las piernas ligeramente abiertas. Ella tapa su cuerpo con el suyo propio y deja que le penetre. Entonces empieza a deslizarse sobre él con movimientos suaves de todo el cuerpo, adelante, atrás, lateralmente. Esta postura piel con piel se adapta muy bien a todas las mujeres, a las que les gusta tener las riendas.
La amazona
El hombre se sienta cómodamente en una silla, la mujer se sienta sobre él mirándole. Mientras se mueve hacia adelante y hacia atrás, él le acaricia los pechos. Esta postura es muy estimulante.
La canasta
El hombre está sentado en el suelo o en una cama no muy blanda, con una pierna estirada y la otra ligeramente doblada para mantener el equilibrio. La mujer se monta a horcajadas, apoyándose en su pareja. El hombre la mantiene fuertemente por la espalda para asegurar una penetración profunda. Ella adapta el movimiento para procurar un mayor placer. En esta posición puede estimular los senos mediante besos y mordisqueos.